Ocurrió en una mágica tarde de noviembre. David se presentaba oficialmente como debutante en el teatro en una premiere a priori con poca chicha. Todo apuntaba al mismo tostón de siempre: David recibe a una serie de invitados incluyendo a una mujer de cuyo nombre no quiero acordarme. Más PR? Todo apuntaba efectivamente a más PR. Pero entonces ocurrió lo que nadie esperaba: una mujer de piel blanca como cual paloma de la paz que alberga el fuego que solía representar su previamente tan común cabello pelirrojo hizo acto de presencia dejando a todos con la boca abierta. ¡Efectivamente! G-woman, la gran Gillian Anderson acudió al rescate de G-man alias David Duchovny. En ese momento la historia cambió. Gillian y David prácticamente no se separaron en toda la noche y esa mujer de cuyo nombre no quiero acordarme quedó totalmente en la sombra. Vanos fueron los intentos de los medios por intentar que la mujer dejada en la sombra brillara un poco, pues Gillian Anderson (lo siento, rabids) es Gillian Anderson y la realidad es justo la que se reflejó en esa mágica tarde-noche de noviembre: David Duchovny y Gillian Anderson son pareja; David Duchovny y la innombrable llevan dos años divorciados de forma legal. Esto es lo que hay y es lo que aún seguimos esperando esperanzados que se materialice algún día de forma oficial.
Segundo llamamiento: ¡Señor Duchovny! Señorita Anderson! ¿A qué esperan para hacerlo oficial? Insisto, son muchos los fans que les dará su apoyo y que se alegrarán con la noticia. Ya va siendo hora de que acaben las mentiras. Y todo esto sin mencionar lo mucho que les beneficiaría anunciarse como pareja oficial en cuanto a sus carreras profesionales. Y es que todos sabemos de sobra que Mulder y Scully no provocaría lo que provocan si no fuera por ellos; y quien no lo quiera ver yo sólo digo que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Me despido dejando estas maravillas para la vista:
¡Hasta otra, bloggeros! Buen fin de semana a tod@s!
